30.9.13

TEMACAPULIN...

La presa El Zapotillo: riesgos para Temacapulín y Los Altos de Jalisc

• Hasta la fecha, después de ocho años, persiste incertidumbre e imprecisiones de cuál será el proyecto definitivo
El pueblo de Temacapulín no sería el único afectado con la presa El Zapotillo. foto Arturo Campos Cedillo
El pueblo de Temacapulín no sería el único afectado con la presa El Zapotillo. foto Arturo Campos Cedillo
Heliodoro Ochoa García / Mario Edgar López Ramírez.- El Zapotillo no es solamente una presa y sus efectos negativos no se limitan a inundar o poner en riesgo los poblados de Temacapulín, Acasico y Palmarejo.
La presa, o mejor dicho, el sistema El Zapotillo nace de dos proyectos fallidos y uno incompleto: la presa San Nicolás, la presa Arcediano y el sistema La Zurda-El Salto-Calderón. El Zapotillo es la pieza hidráulica central que permitiría aprovechar los caudales de la cuenca del río Verde para materializar los proyectos hidráulicos más grandes destinados para el abastecimiento público urbano en el occidente de México. Las justificaciones por parte de los promoventes son: garantizar el abastecimiento de agua en las ciudades de Guadalajara y León, proteger el lago de Chapala y detener el abatimiento de acuíferos aledaños a estas dos urbes. Sin embargo, no se plantean medidas para recuperar el equilibrio de aguas subterráneas y gestionar la escasez de aguas superficiales que día con día afecta la vida y la producción en la región semidesértica de los Altos, la más vulnerable de Jalisco ante escenarios de cambio climático que ya le afectan.
Las poblaciones alteñas tienen derecho –por decreto– de aprovechar parte de los volúmenes a almacenar en las presas El Zapotillo y El Salto (hasta 1.8 metros cúbicos por segundo), pero no se han dado a conocer estudios o proyectos al respecto, según lo establecido en la cláusula tercera del Acuerdo firmado por la Conagua, Jalisco y Guanajuato en 2005. Asimismo, los municipios alteños que opten por esta fuente de abastecimiento deben asumir el pago de la infraestructura hidráulica necesaria y pagar a la empresa operadora del sistema de acueducto (y sus ramales) el precio que establezca por concepto de los volúmenes de agua utilizados para su distribución, pues se trata de una concesión privada de agua para los próximos veinticinco años. Los ayuntamientos que autoricen la subdivisión y cambio de uso de suelo para favorecer la construcción del acueducto (Cañadas de Obregón, Valle de Guadalupe, Jalostotitlán, San Juan de los Lagos, Lagos de Moreno y Unión de San Antonio), deberán asumir las consecuencias si no están atentos a defender sus intereses y necesidades sociales. Los presidentes municipales de Los Altos, como responsables del abastecimiento de agua a sus poblaciones, pueden optar (y hasta  exigir) que los volúmenes de agua considerados para uso público urbano de la región sean tomados de un lugar más apropiado, utilizando fuentes más convenientes –por cercanía y costos– que El Zapotillo.
Hasta la fecha, después de ocho años, persiste incertidumbre e imprecisiones de cuál será el proyecto definitivo y obras asociadas a la presa El Zapotillo: altura de cortina, capacidad del embalse, obras (diques) para proteger Temacapulín, acueducto, concesiones, obras sociales para los pueblos afectados, entre otras cosas.
Por otro lado, el gobierno de Jalisco promete que el volumen reservado para uso pecuario será aprovechado mediante 3 mil 500 bordos tipo abrevadero, sin embargo, ello implica la revisión de disponibilidad de aguas en la cuenca y probablemente la regularización de aprovechamientos que ya existen sin registro. De esta manera, la promesa del gobierno de Jalisco debe acordarse formalmente involucrando a la Comisión Nacional del Agua (Conagua) y sus órganos auxiliares –Consejo de Cuenca del Río Santiago y Comisión de Cuencas Altos de Jalisco– como instancias de coordinación y concertación, apoyo, consulta y asesoría, según lo establece la Ley de Aguas Nacionales. Las asociaciones ganaderas, también deberán jugar un papel importante.
Mientras tanto, la construcción de la presa no para, las obras para salvar a los pueblos de la inundación continúan en suspenso, los propietarios de tierras junto con autoridades municipales por donde se prevé construir el acueducto El Zapotillo-León están siendo presionados para permitir el proyecto, la compensación a los pueblos afectados no ha sido precisada, en especial para Temacapulín, Acasico y Palmarejo.
La región de Los Altos necesita las aguas del río Verde para recuperar el equilibrio de sus acuíferos sobreexplotados y mantener los ríos y fuentes de abastecimiento que cada vez son más limitadas para los diferentes usos, exponiendo a la muerte decenas de poblaciones y un sinnúmero de pequeños productores, lugares de origen de migrantes radicados en Estados Unidos. El gobernador junto con el Congreso del Estado de Jalisco cuentan con las atribuciones necesarias para evitar el transvase de agua a León, Guanajuato y defender la soberanía del agua de Jalisco.


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