26.1.13

RESPONSABILIZA...

La CEA responsabiliza a El Salto y a empresas de la polución que prevalece en el Santiago

• El ayuntamiento no invierte en infraestructura; la industria vierte aguas sin tratar: Náñez

En la cascada del río Santiago, en El Salto, la espuma y el color característicos, desaparecieron desde la inauguración de El Ahogado. Foto: Héctor Jesús Hernández.
Alejandro Velazco.- Sólo en el municipio de El Salto hay registradas 38 descargas de aguas negras directas al río Santiago, además, los municipios río arriba como Poncitlán y Ocotlán no tratan su aguas residuales, lo cual continúa afectando la calidad del cuerpo de agua, aseguró Héctor Castañeda Náñez, director de Cuencas y Sustentabilidad de la Comisión Estatal del Agua (CEA), quien hizo un recorrido por la cuenca de El Ahogado y la cascada de El Salto de Juanacatlán, para constatar las mejoras tras la puesta en operación de la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales (PTAR) de El Ahogado.
Según los datos de la dependencia, el agua que sale de la planta está muy por debajo de los límites de contaminación establecidos por la NOM-001 para descargas en cuerpos de agua tipo C –la más estricta de la Ley Federal de Derechos–, sin embargo, los estudios de calidad posteriores a la puesta en operación de la planta señalan incrementos en los índices de contaminación en algunos puntos de muestreo (La Jornada Jalisco, 15 de diciembre de 2012).
Castañeda Náñez aseguró que esto se debe a la poca acción municipal, pues el agua que sale de la planta es de “excelente calidad”.
Tanto en la presa de El Ahogado como en la confluencia del arroyo del mismo nombre con el río Santiago, el olor que caracterizaba a la zona prácticamente ha desaparecido y la presencia de espuma ha disminuido sustancialmente, situación que presumieron los funcionarios Castañeda Náñez y Ricardo Robles Varela, titular de la Unidad Ejecutora de Abastecimiento y Saneamiento de la CEA.
La planta descarga en promedio mil 900 litros por segundo de agua tratada, lo cual también se manifiesta en la reducción de la contaminación visible por materia orgánica en la cascada de El Salto de Juanacatlán.
“El argumento de que El Salto es el patio trasero de la zona conurbada, en este momento ya no aplica”, refirió Castañeda Náñez, ya que El Salto no hace nada por resolver la contaminación que el mismo municipio genera.
Un ejemplo se puede observar en la propia cascada. Ahí, una tubería desecha alrededor de 200 litros por segundo de agua sin tratar al río Santiago.
Esta obra, explicó el funcionario, se hizo en 2009 como una solución paliativa para que el agua de la zona de la Azucena en tiempo de secas no cayera por su cauce natural, sin embargo, aseguró, dicha infraestructura ya no debería estar funcionando y ese líquido debería ser llevado a la PTAR, o bien, funcionar en tiempo de lluvias para evitar inundaciones en el fraccionamiento.
“Se los hemos dicho de viva voz en diferentes reuniones, la condición del municipio de El Salto en infraestructura de saneamiento continúa siendo exactamente la misma que hace 10, 15 o 20 años, el avance que tuvo toda la zona metropolitana, que trata sus aguas en la PTAR, fue la misma hasta hace un año que empezó a funcionar, de tal manera que las condiciones en toda la cuenca cambiaron y en el municipio siguen exactamente las mismas”, detalló.
Otro grave problema son las descargas de las industrias, cuyas aguas de proceso deben ser tratadas por las propias empresas, ya que la PTAR solamente trabaja con materia orgánica.
Según datos de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), alrededor del 20% de las corporaciones que vierten en el río Santiago no cumplen con la legislación federal (La Jornada Jalisco, 27 de marzo de 2012).
Mientras, los datos de la organización internacional Greenpeace señalan que las aguas industriales generan un 340% más contaminación que las aguas residuales municipales.
“Las descargas industriales por supuesto que nos afectan, son menos en volumen pero son más en carga contaminante”, señaló Castañeda Náñez, y detalló que se han acercado a dialogar con los empresarios, sin embargo, “hay a quien no le interesa, y lo único que nos toca es actuar como autoridad”

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