24.5.11

Si sacan más agua, en un mediano plazo la vida del lago estará en riesgo, dice activista

Alcaldes y habitantes de la ribera de Chapala condenan el acueducto 2 frente al Congreso

Un 50% del agua se va por tomas clandestinas a riego y ranchos de influyentes: Héctor Álvarez

MAURICIO FERRER

Manifestación afuera del Congreso del Estado
Manifestación afuera del Congreso del Estado Foto: FOTO HÉCTOR JESÚS HERNÁNDEZ

Alrededor de mil 500 habitantes de la ribera del Lago de Chapala se manifestaron ayer en Guadalajara en contra de la construcción del acueducto 2 que dotará de agua por cuatro años a la zona metropolitana.

“Estamos dispuestos a dar la vida por nuestro lago. ¡No a la construcción del nuevo acueducto! ¡Sí al Lago de Chapala!”, expresó Carlos Rosales, activista y habitante de la ribera a las afueras del edificio del Congreso del Estado.

Una decena de alcaldes –del PRI, PAN y PRD– de los municipios que conforman la ribera de Chapala, encabezados por el diputado local panista Héctor Álvarez Contreras manifestaron a los medios de comunicación su inconformidad por la construcción del acueducto 2 de Chapala, cuyo costo alcanzará los dos mil millones de pesos.

Según información del Sistema Intermunicipal de Agua Potable y Alcantarillado (SIAPA) el año pasado se extrajeron del Lago de Chapala hasta 178 millones 990 mil 991 metros cúbicos, lo que significó una extracción de 16 centímetros del espejo de agua. El nuevo acueducto permitirá extraer 21.2 centímetros, unos 6.2 centímetros más de lo que hoy se saca.

“Hay un riesgo en la economía y en el crecimiento de los municipios”, manifestó el presidente municipal de Chapala, Jesús Cabrera.

“Este es un ‘no’ contundente a la construcción de la segunda línea para abastecer de agua potable a la Zona Metropolitana de Guadalajara. Que quede claro: no a la construcción del acueducto del Lago de Chapala”, declaró Héctor Álvarez.

De acuerdo con Carlos Rosales existen ya dos acueductos que pasan por la ribera de Chapala y que dotan de agua a la zona metropolitana, por lo que es innecesario un tercero.

El 60 por ciento del agua que se consume en la capital de Jalisco proviene del vaso lacustre; significa que el líquido llega a casi dos millones de habitantes de Guadalajara. Y aun cuando a los 10 municipios de la ribera se les impide la sustracción del líquido, éstos pagan por el tratamiento de sus aguas residuales. El año pasado erogaron por este concepto cerca de cuatro millones de pesos.

“Estamos como el burro cargado de agua y sediento. No somos habitantes de tercera clase; se nos exigen muchas cosas pero sólo se le permite el agua a la zona metropolitana”, expresó Rosales. El activista dijo que el acueducto pondrá en riesgo, en un mediano plazo, la vida del Lago de Chapala. Hace 10 años, recordó, una sequía perjudicó a los ribereños.

Cerca de 300 mil personas viven en la ribera del Lago de Chapala. De ésas, unas 10 mil son de origen extranjero. Un 80 por ciento de la población total de la zona se dedica al turismo, actividad que se verá afectada por la construcción del acueducto 2.

El panista Héctor Álvarez aseguró que existen tomas clandestinas en los acueductos que ya pasan por la ribera de Chapala. Del total de agua que se extrae para la zona metropolitana, dijo, un 50 por ciento se desvía a riegos y a ranchos particulares “de influyentes”.

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