5.5.11

El proyecto estuvo suspendido tres años por falta de recursos y por una serie de revisiones al trabajo de la empresa contratada

En menos de seis meses podría quedar lista la restauración del Puente de Arcediano

CECILIA DURÁN

La CEA retoma las obras de reubicación y restauración del Puente de Arcediano
La CEA retoma las obras de reubicación y restauración del Puente de Arcediano Foto: FOTO ARTURO CAMPOS CEDILLO

Después de tres años de suspender la reubicación y restauración del Puente de Arcediano, ayer la Comisión Estatal del Agua (CEA) anunció el reinicio de las obras. De acuerdo con autoridades de la institución, el puente volverá a funcionar antes de que inicien las lluvias y la remodelación quedará completamente terminada en seis meses.

Ricardo Robles Varela, director de la Unidad Ejecutora de Abastecimiento y Saneamiento de la CEA, explicó que entre 2007 y 2008 se ejecutó la primera etapa de la reinstalación 500 metros aguas más bajo de donde estaba el puente original para evitar su inundación cuando todavía estaba considerada la construcción de la Presa de Arcediano en esa zona.

En esa primera etapa de reinstalación, la empresa Deconcrecof hizo el desmontaje y el inicio de los estribos. En el 2008 las obras se suspendieron y a partir de febrero de este año otra empresa retomó los trabajos de construcción de los pilastres, que está a punto de concluir. Cuando se concluyan, la empresa Infraestructura San Miguel comenzará la terminación del puente. El CEA tiene un presupuesto de siete millones 500 mil pesos para concluir el nuevo puente.

“Era importante iniciar en febrero las obras porque nuestro compromiso es tener el puente funcionando antes del temporal de lluvias. Se andaría terminando totalmente en alrededor de seis meses. El desmonte de este puente se dio en 2007 y se trabajó durante todo ese año y una parte de 2008. No teníamos asignación de recursos para este proyecto. En segundo lugar la empresa terminó en 2008 lo que le correspondía y se vino la problemática del cierre de su contrato. Se hicieron una serie de revisiones porque hubo trabajos que no quedaron registrados y tenían la obligación de hacerlos. Se llevó más de año y medio ese trámite. Una vez que cerramos con ellos, y se firmó el finiquito, se reiniciaron las obras”, explicó Robles Varela.

Ignacio Gómez Arreola, perito del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), explicó que la reubicación del puente surgió a petición del CEA, que solicitó al INAH un análisis de todos los elementos de valor patrimonial del sitio. En función del estudio se tomó la decisión de rescatar el patrimonio arqueológico y arquitectónico.

“Primero se hizo la prospección arqueológica para ubicar vestigios. Se identificaron cuatro sitios arqueológicos, pequeños asentamientos, que de alguna manera se tendrían que preservar. Desde el punto de vista arquitectónico lo principal era el puente, y otras dos presas que tienen un cierto valor”, dijo Gómez Arreola.

Lo que se busca es rescatar lo máximo posible los materiales originales porque el puente fue diseñado por Salvador Collado en la última década del siglo XIX, el primero colgante de México con técnicas contemporáneas. Recibió premios y se escribieron libros sobre su construcción.

En sus inicios era el punto de contacto con Zacatecas y Guadalajara. Más adelante en el tiempo ha sido una meta para deportistas que optan entrenar en la barranca de Huentitán. La idea es que vuelva a tener el uso de atractivo de la propia ciudad porque ha estado en la memoria colectiva de los ciudadanos.

“El puente fue hasta 1950 un elemento de vinculación. Luego se colapsó y González Gallo mandó a construir uno nuevo. Ante la circunstancia de que no era el puente original y que había piedras del original en los pilares construidos en 1950 se tomó la determinación de la reubicación a 500 metros del original, siempre y cuando se retomaran los elementos originales. Se restituyó la piedra de los estribos originales, hay piedras originales del puente, están en montículos y serán colocadas en este nuevo emplazamiento”, dijo Gómez Arreola.

Destacó que del elemento metálico se recuperó el 80 por ciento del puente original y los tirantes son los originales. En el caso de la piedra, se rescató en un 40 por ciento.

“El puente nuevo va a tener los barandales del diseño original, que eran de madera. Ahora estamos en la etapa final, en la construcción de las pilastras y el tendido de la estructura. Estamos en el 70 por ciento de la construcción”.

Para finalizar, Robles Varela destacó que el INAH elabora un estudio sobre los vestigios arqueológicos para más adelante determinar si es factible y conveniente recuperarlos. Agregó que la construcción de un museo de sitio también es parte del proyecto, pero se realizaría más adelante.

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