23.4.11

Estimad@s Amig@s

La energía nuclear, sólo una parte de un modelo energético insostenible

Este año, el Día de la Tierra nos encuentra en medio de un debate mundial acerca del uso o no de la energía nuclear, lanzado al centro de la escena mediática internacional a raíz del incidente en los reactores de Fukushima, luego del terremoto y posterior tsunami. Un debate postergado desde el accidente de Chernobyl, que está por cumplir ya 25 años y que los grandes intereses pro nucleares habían logrado disolver de la memoria colectiva.
Sin embargo, el debate va mas allá de la energía nuclear, y debe centrarse en el modelo energético que hemos venido sosteniendo durante los últimos siglos. Un modelo que nos permitió un desarrollo tan meteórico como lo ha sido el deterioro del medioambiente en el planeta.
Las fuentes sucias de energía han sido la base de un modelo de consumismo predador, en el que hemos agotado gran parte de los recursos naturales disponibles en muy poco tiempo y que ha complicado la supervivencia de nuestra propia especie sobre la Tierra.
Ahora una parte de la humanidad se ve atrapada entre la espada y la pared, en la disyuntiva de mantener un estilo de vida a costa de su propio futuro, o desacelerar el crecimiento dándonos la opción de adaptarnos a una nueva realidad, una realidad en la que ya no se podrá ejercer tanta presión sobre los recursos naturales, ya que muchos de ellos se están agotando.
Las víctimas humanas directas de Fukushima, como las de Chernobyl, son personas que lamentablemente se encontraban en el lugar y momento mas desafortunado. Pero las víctimas de estar sosteniendo una matriz energética basada en las energías sucias, seremos todos y cada uno de los habitantes del planeta. Porque mas allá de los posibles accidentes, la forma y la velocidad con la que se está deteriorando en medioambiente nos llevará inexorablemente a recorrer un camino de catástrofes climatológicas sin precedentes en la historia de la humanidad.
Los gobernantes, en su gran mayoría, rinden pleitesía a las grandes multinacionales, cuyo poder ha crecido tanto que son capaces de someterlos a sus designios o, peor aun, en muchos casos los designan en sus puestos apoyando sus campañas de marketing pre electoral, con sumas millonarias a cambio de su eterno sometimiento.
Son unas pocas multinacionales las que manejan el destino del mundo, las que deciden sobre nuestro futuro tal como lo hemos visto con espanto en alguna película de ciencia ficción. Y sus objetivos principales son acumular poder y acrecentar sus ganancias económicas. Dentro de sus balances no está incluido el deterioro del planeta, ni mucho menos la supervivencia de la especie humana. Sólo nosotros podemos velar por ella.
Un mundo mejor es sin dudas un mundo sin multinacionales, sin energías sucias, sin consumismo, sin depredación. Un mundo, ademas, mas justo y solidario donde todos y todas podamos tener una vida digan. Para lograrlo debemos trabajar mucho en la educación y concientización ambiental. Y luchar para cambiar el sistema ya que en el capitalismo, por su propia naturaleza, esta ya mas que claro que estos objetivos son de imposible cumplimiento.

Nos reencontramos la próxima semana, con una nueva entrega de esta publicación.

Ricardo Natalichio

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