7.7.10

Crisis de salud

Cada vez es más evidente que quienes habitamos en la ciudad de Guadalajara y sus zonas metropolitana y conurbada cotidianamente estamos expuestos a múltiples riesgos para nuestra vida y salud. Mucha gente está muriendo y mucha más se encuentra enferma y no sabemos a ciencia cierta porqué, o sabiendo algunos motivos pareciera que nada podemos hacer más que estar esperanzados en que no nos suceda, pero quienes aún podemos pagar la consulta con un especialista nos pensamos el ir, por temor a que sea peor lo que nos descubra que el motivo que nos llevó con él.

Un principio fundamental de los ambientalistas dice que en un ambiente sano se vive sanamente. Dada nuestra circunstancia, resulta fácil concluir anticipadamente que eso no sucede en esta metrópoli. Por donde quiera que la veamos, su medio ambiente es crecientemente insalubre y peligroso para la vida de todos. Hay agentes que de forma sistemática e impune al hacer grandes negocios atentan y dañan los recursos naturales colectivos o comunes (ríos, lagos, bosques, mantos freáticos, etc.) agravando tal circunstancia, y el Gobierno y sus instituciones responsables no sólo incumplen con su responsabilidad indicada en las leyes ambientales, sino que flagrantemente las violan y hasta se convierten en cómplices.

Por ejemplo, se sabe que lo que es bueno para la salud es mantener una calidad del aire entre cero y 50 imeca. En nuestra ciudad hace varios años que lo “normal” es que las pantallas medidoras indiquen cifras más altas, alcanzando en ocasiones los 200 imeca, e incluso existen versiones de que se ha llegado a alcanzar los 400 imeca. Difícilmente podemos encontrar en la bitácora de la Semades un día en el cual la calidad del aire haya sido buena y que esto sea resultado de las políticas ambientales gubernamentales. Si acaso se encuentra será consecuencia de la generosidad de los vientos y las lluvias que limpian las impurezas del aire de esta ciudad. pero que lamentablemente las llevan a otras partes. Ésta es la razón del incremento de las infecciones respiratorias que se han visto incrementadas como causa de mortalidad sobre todo en niños y niñas en edad preescolar.

Así como muchas personas desde el año pasado han vivido la experiencia de tener un familiar con influenza o dengue, lo mismo sucede con el tema del cáncer, pero éste desde hace más tiempo.

En estos casos tanto las instituciones de salud como la propia ciencia médica mostraron, por un lado, sus grandes limitaciones e incluso su inutilidad y, por otro, la mercantilización absurda e inmoral de la salud y la vida de la gente. De esta manera, ante el estado de deterioro en que se encuentra la infraestructura de salud pública y la inaccesibilidad a la medicina privada, la gente ha tenido que recurrir a los recursos comunitarios y familiares para hacer frente a esta crisis de salud, tema ante el cual también ha sido abandonada por el Estado mexicano.
CRÉDITOS: Jorge Regalado Santillán

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