2.5.10

Austeridad y desigualdad

Se fueron con sus maletas no muy llenas y se fijaron bien de llevar varias vacías: para cuando regresaran, traerlas repletas. Es un viaje de trabajo, pero igualmente lo es de diversión, y lo más importante: lo paga el estado, es decir, los contribuyentes. El transporte, las comilonas, los hoteles caros, los recuerditos: todo “de a gratis”. El gobernador de Jalisco, Emilio González Márquez, decidió que se iría a China, y que se llevaría a empresarios y políticos, a familia y parentela. Irían los que él palomeara: los del Ejecutivo, los del Judicial y también los del Legislativo. Estos últimos cancelaron de último momento. Si no iban todos los coordinadores de fracción, no iría nadie. Y es que los costos de exhibirse ante la sociedad como “representantes populares” de vacaciones (con cargo al erario público) debían ser en partes iguales. Si iba el del PRD y no el del PAN, el desgaste no sería equitativo. Por eso se quedaron todos: no por falta de ganas, sino por cálculo político.

Un ejemplo de “austeridad”

La austeridad para los del gobierno estatal es una palabra que sólo se pone en los discursos. En la realidad, los altos funcionarios públicos se dan vida de reyes. Reciben sueldos que están muy pero muy arriba del común de los jaliscienses y además, tienen alimentos, transporte y viajes incluidos, sin pagar un solo centavo de su bolsa. Ejemplos hay muchos. Qué va: ¡muchísimos! En la Coordinación General de Políticas Públicas, la cual está a cargo de José Antonio Muñoz Serrano, cuatro funcionarios, en los años 2008 y 2009, gastaron en puros viáticos, un millón 116 mil 603 pesos. Se trata de Gilberto Juárez González, director general de Atención a Jaliscienses en el Extranjero, quien, para sus 14 viajes fuera del país, el erario puso 453 mil 170 pesos; Gabriel Macías Calleja, coordinador de Comunidades Jaliscienses en Unión Americana, en 11 viajes, utilizó 331 mil 863 pesos; Alejandrina García González, coordinadora de Apoyo a Jaliscienses, en 6 viajes, erogó 127 mil 127 pesos, y, por último, José Antonio Herrera Lomelí, director General de Proyectos, hizo nueva viajes que costaron al erario público 204 mil 449 pesos. Todos estos periplos al extranjero se hicieron en una única coordinación: la de General de Políticas Públicas. ¿Cuánto beneficiaron dichos viajes al estado? ¿Qué logros se obtuvieron?

¿Qué se precisa para tener un gobierno que no dilapide el dinero? Es inadmisible que se gastan estas estratosféricas cantidades de dinero en solamente cuatro personas, cuando en Jalisco, abajo, con su gente, hay necesidades imperiosas que pueden ser resueltas con la mitad de lo erogado por estos funcionarios públicos.

¿Y la publicidad austera?

¿Austeridad? ¿Por dónde? ¿Para quién? Los viajes al extranjero son sólo uno de los muchos casos donde el dinero público se dilapida. Hay otros: opíparas comilonas cotidianas para funcionarios que cumplen heroicamente con su deber, gasolinas para los autos del funcionarios y sus familiares, además de vehículos lujosos, bien seguros, llenos de modernidad, y claro, la corrupción que se dan en las obras públicas: material de construcción que se compra a cuatro o cinco veces su precio comercial.

Y qué decir de la propaganda, de la publicidad. En el año 2009, el gobierno del Estado gastó en propaganda la cantidad de 109 millones 941 mil 904 pesos. Ésta, por supuesto que no es equitativa: se le da dinero a quien pega menos, a quien tiene entre sus filas a los reporteros más dóciles y bien portados. A los medios de comunicación críticos, a esos se les castiga.

En los años 2008, 2009 y lo que va del 2010, el gobierno del Estado ha erogado 393 millones 906 mil 256 pesos en promocionar su imagen. Y de dicha cantidad, las televisoras y dos o tres radiodifusoras, se han llevado más del 70 por ciento de los recursos. ¿Es esto austeridad? ¿Equidad? ¿Promoción de la libertad de prensa?

Mar de desigualdades

Se fueron con sus maletas no muy llenas y se fijaron bien de llevar varias vacías: para cuando regresaran, traerlas repletas. Se fueron a China, allá están, allá dilapidan el dinero. Mientras tanto, acá, en Jalisco, cientos de miles de personas sobreviven apenas. Es caro ya todo: las tortillas, los frijoles, el pan, las verduras, la fruta. ¿Hasta cuándo Jalisco será un poquitín más justo? ¿Hasta cuándo cientos de funcionarios públicos y empresarios se pondrán a pensar que vivir en este mar de de sigualdades no es benéfico para nadie? ¿Hasta cuándo aguantarán los de abajo?

jorge_naredo@yahoo.com

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