27.9.09

Cuatro basureros contaminan en Zapopan

La disposición final de los residuos es un grave problema tanto en Jalisco como en México. E. PACHECO

  • Lamentan las “pocas” acciones de las autoridades municipales

Picachos y Hasar’s, que están en funcionamiento, y El Taray y Copalita, que dejaron de trabajar, afectan con el escurrimiento de lixiviados

ZAPOPAN, JALISCO.- En los alrededores del relleno sanitario de Picachos (clausurado por un periodo de 24 horas el pasado martes 24 de agosto) existen otros tres sitios de disposición final que también incumplen con la normatividad ambiental: Hasar’s, ubicado en el predio aledaño, El Taray y Copalita, que dejaron de funcionar en la década pasada, pero que siguen teniendo escurrimientos de lixiviados.

Así lo asegura Gerardo Bernache Pérez, académico del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS), quien agrega que las problemáticas de los basureros se agravan cuando estos cierran. En este sentido, El Taray y Copalita contaminarán durante 20 años más, y Hasar’s y Picachos durante medio siglo, a partir de la fecha en que se concluya su vida útil.

Opina que todos los vertederos estuvieron desatendidos desde un inicio. “Y en el caso de Picachos, el Ayuntamiento de Zapopan nunca ha realizado las acciones necesarias”, principalmente durante las administraciones de Macedonio Tamez (2001-2003) y del actual alcalde, Juan Sánchez Aldana. Y es que, con Arturo Zamora (2004-2006) se hicieron algunas acciones, “no las más óptimas, pero al menos no lo dejó caer (el basurero) como los otros”.

Tanto Hasar’s como Picachos tienen la ventaja de que se ubican en un suelo que no permite filtraciones y que es un área alejada de zonas habitacionales, pero tiene la complicación de que hay pendientes pronunciadas que propician el escurrimiento de los lixiviados –mal controlados– hasta los cuerpos de agua, como sucede con el Río Milpillas.

Por ello, ambos sitios incumplen con la normatividad, independientemente de que uno sea privado y otro público.
“En ninguno se ha invertido lo que se requiere. Siempre han estado desatendidos. Probablemente Hasar’s ya ha implementado algunas acciones, pero aún tienen mucho que hacer en el tema de los lixiviados. Si les pusiera una calificación, Zapopan andaría en término medio, con un 50, y Hasar’s poquito arriba”.

¿Hay solución? “Claro, depende de cuánto estén dispuestos a invertir. Todo está en que controlen los escurrimientos y la emisión del gas metano”.

El especialista en estudios de producción y manejo de los residuos sólidos municipales e impacto ambiental de sitios de depósito, resalta que estos jugos negros contienen metales pesados, por lo que es un delito que se reinyecten a los montones de basura y “no debería de permitirse”, pues en México está prohibido reutilizar cualquier desecho peligroso.

La disposición final de los residuos es un grave problema tanto en Jalisco como en México. En este sentido, Bernache Pérez comenta que los focos rojos se ubican en basureros clandestinos y en los tiraderos rurales, pues no existe ningún control de la basura.


Telón de fondo

¿Y los tiraderos clandestinos?


De las afectaciones ambientales por los basureros clandestinos en la ciudad, esta casa editorial publicó el 16 de agosto que la piratería dejó de ser exclusiva del comercio, del cine o la música. Ahora, hasta los recolectores de basura se ven afectados por esta práctica, con la peculiaridad de que la misma población es quien la hace, pues con una camioneta es suficiente para dedicarse a este negocio.

La recolección de residuos de manejo especial —se genera en cualquier negocio, sin importar el giro ni el tamaño—, debe hacerse, de acuerdo a la legislación en materia ambiental, por una empresa especializada. Pero el jefe de la sección enfocada a la recolección de residuos de la Cámara Nacional de Comercio de Guadalajara (Canaco), Luis Raúl Martínez Alvarado, explica que es común que lleguen pequeños camiones a las casas y “agarren parejo”, lo cual es “una violación a la ley y lo hacen ante los ojos de la autoridad, sin que ésta se preocupe por cumplir con su responsabilidad”.

Al no haber un marco regulatorio de esta situación, es común que a cualquier persona con una camioneta le pidan que recolecte basura, “lo hace y luego la pone arriba de un camión del Ayuntamiento, le dan 20 pesos al chofer y éste se la lleva. O van y la tiran a un lugar abandonado, la entierran, la queman o hasta la tiran en un lago”, subraya el responsable de normatividad de la Asociación de Recolectores de Residuos de Jalisco, Blas Ramos Caro.

Ante la Semades existen 180 empresas registradas como recolectoras de este tipo de residuos. ¿Cuántas cumplen con su responsabilidad? Nadie lo sabe porque no se vigila, opina Martínez Alvarado, presidente de esta asociación. Para el dirigente, la ilegalidad es alta: hasta 40% del total de las empresas se dedica a la recolección “clandestina”.

En Guadalajara, por ejemplo, la empresa Caabsa Eagle (concesionaria de este servicio) tiene detectados alrededor de 100 “focos rojos” en los que recolectores ilegales de residuos depositan la basura para que posteriormente la recoja esta empresa. El director de la empresa, Antonio Villada, explica que ante la crisis económica aumentó la recolección clandestina y existen de dos tipos: los que van de casa en casa y los que “andan en su camionetita” y cobran por el servicio, principalmente a los comercios, como los del Centro Histórico.

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