9.4.09

El Lobby

RAÚL TORRES

“Para políticos nulos, votos nulos”

Hace unos días, un grupo de ciudadanos comenzó a discutir, a través de un blog (http://anulomivoto.blogspot.com/), la importancia y trascendencia de anular el voto o abstenerse de hacerlo.

Étienne von Bertrab, Gladys Martínez Fombona, Jaime Meade Altamirano, Carlos Páez Agraz, Jesús Carlos Soto Morfín y Margarita Sierra, son quienes opinan que para anular el voto hay tres motivos principales: “porque una elección que debería ser trascendental para la vida pública del Estado, es en realidad un circo grotesco de políticos partidistas, peleando por posiciones de poder y control del dinero y decisiones públicas. Estos partidos ya no tienen la capacidad de conducirnos hacia una democracia de calidad.

“Porque el voto nulo en México no tiene ningún valor jurídico y queremos darle significado político.

“Porque es tarea vital que los ciudadanos comprendamos que el dinero y decisiones que los políticos manejan de manera deshonesta e ineficaz son nuestros”.

En esta mesa estamos de acuerdo con el sentido de estos tres argumentos; sin embargo, el que esto escribe sigue pensando que es más conveniente no anular el voto, sino abstenerse de votar. De cierta forma, la razón (o sin razón) de lo que piensa este despistado reportero la explican los mismos ciudadanos que comenzaron esta discusión pública: “sabemos que la anulación de votos no cambiará nada el 5 de julio, ya que en nuestra inservible ley electoral (creada por los corruptos diputados locales y federales provenientes de todos los partidos políticos), aunque vote sólo el 10 por ciento del padrón habrá ganadores. Esto es un signo más del cáncer democrático del país. Sin embargo, nos proponemos ejercer nuestro derecho de votar rechazando a todas las opciones partidistas y candidatos”. Aquí, quién sabe por qué malos designios de la memoria, uno recuerda casos como el del diputado Hugo Gaeta, quien con su voto cargado al PAN nos quitó de las manos la posibilidad de que en este estado se legislara la revocación de mandato.

Otra de las razones que inclinan esta ala del Lobby al abstencionismo es otra de las razones contundentes que los citados ciudadanos exponen en su argumentación: “consideramos que tiene mayor valor político anularlos a todos (los políticos) que participar en una competencia entre incompetentes. Haciendo una analogía, votar por un partido en nuestro país es elegir entre padecer cáncer o hepatitis C, o morir en la horca o por inyección letal; es aceptar la condena de vivir secuestrados por los partidos”. En este sentido, uno se pregunta: ¿por qué entonces insistir en entrar en ese juego de elección creado, reglamentado y controlado por quienes tienen y pelean el poder de la partidocracia que se vive en este país?

“Con el abstencionismo tenemos un denominador común. Todas las opciones partidistas nos parecen inaceptables. La abstención es a todas luces comprensible, pero en definitiva no la compartimos debido a las vidas que costó ganar el voto universal. Tratamos de pensar en perspectiva y creemos que abstencionistas y anulistas (quienes proponemos anular intencionalmente) somos una abrumadora mayoría. La abstención tiene el riesgo de ser interpretada como apatía por los políticos y fortalece su creencia de que hagan lo que hagan, no habrá consecuencias. Sabemos que el abstencionismo no necesariamente significa apatía, es también una postura política fundada en la evidencia de que votar no sirve de nada”. En lo personal, creo que el abstencionismo, en muchos de los casos delata apatía, pero me parece que también es una forma de decidir y, porqué no, respetar también esa sangre que derramaron quienes lucharon por el voto universal. Cito a continuación fragmentos del ensayo Voto: Efectos colaterales. Un ensayo inútil, del psicoanalista Raúl Páramo Ortega, para intentar explicar la propia postura.

“El voto no es sólo un acto político práctico y visible sino también, como dice Martí, de invisibles consecuencias. Si un ciudadano deposita la boleta electoral en la urna, no es sólo que esté votando por alguno de sus candidatos, también está secreta e inevitablemente diciendo, entre otras cosas, las siguientes: A) Ignoro o quiero ignorar que el sistema electoral mexicano está torcido de raíz. B) Ignoro o quiero ignorar que hoy en día, para la “elite política” el ejercicio de la política en México es sólo un botín y una oportunidad de rapiña colosal. C) Ignoro o quiero ignorar que el sistema electoral y los resultados predecibles de los resultados contables dependen de manipulaciones publicitarias que infantilizan al ciudadano que cree estar ejerciendo un deber cívico. D) Ignoro o pretendo ignorar que las aspiraciones al poder político tienen una raíz perversa en sí misma. Es muy diferente ser elegido desde abajo hacia arriba en función de las capacidades de ejercer puestos públicos, a imponer desde el dinero en las conciencias (o más bien en las inconciencias) las mentiras más descaradas, las promesas más inútiles y las propuestas más absurdas. (…) E) Al depositar mi boleta ignoro o pretendo ignorar los absurdos costos de los sistemas electorales instaurados en nuestro país y que convierten a los partidos políticos en ‘facilitadores’ de negocios de proporciones incalculables. (…). F) Al depositar mi boleta ignoro o pretendo ignorar que la política convertida en guerra mediática es un ejemplo claro de subdesarrollo ancestral; ignoro o pretendo ignorar que los consorcios televisivos y/o los señores del dinero están fuertemente interesados en la participación ciudadana que convalide (independientemente del candidato a elegir) el sistema que perpetúa la explotación bautizada y disfrazada de supuesta virtud democrática”.

Quienes creen en la anulación del voto sostienen que con ello tratan de “acelerar el proceso de construcción democrática del país que nos parece impostergable y en donde más tarde o temprano necesitaremos votar. No existe ninguna democracia sin sufragio universal, referéndum, plebiscito, revocación de mandato, así como mecanismos permanentes de control social sobre lo público”. De acuerdo, pero quizá debamos analizar más minuciosamente qué convalidamos al anular el voto (y por supuesto, también al no votar).

Lo cierto es que, a como se ven las cosas, el 5 de julio próximo, parece que serán mayoría los que anularán su voto o no votaremos, que quienes elijan a los siguientes gobernantes. Paradoja, pues, pero por hoy, celebrar que esta discusión comienza a hacerse pública y extensiva.

1 comentario:

Renegado por ser democrata dijo...

DEL PRQUE VOY A VOTAR POR NINGUNO EL 5 DE JULIO EN JALISCO

“Los políticos prefieren la abstención que al voto en blanco (nulo). Con la abstención han vivido siempre y han encontrado una forma de justificarlo todo” Saramago.

Recuerdo cuando se promovía por vez primera el voto útil, voces por doquier se oponían, argumentando que eso significaba que quien lo ejerciera carecían de una solida ideología y fortalecería al grupo hegemónico, sin embargo esta forma de ejercer el derecho a votar contribuyó a equilibrar el poder político entre las fuerzas partidistas y acabar con el monopartidismo; la ciudadanía maduró, comprendió que se tiene poder al votar de manera diferente, en tanto que la clase política se quedó y sigue estancada, no evoluciona, una generación y sus junior’s se apañaron en el glamur de ostentar los instrumentos del poder al estar candidateándose continuamente de cargo en cargo, ya sea con la misma camiseta o poniéndose otra a cada brinco que dan; lo peor de todo es que cada vez demuestran cinismo, ineptitud y carencia de ética y nula representatividad real de quienes los eligieron o no mediante el voto; y se sigue votando por los mismos personajes a pesar de que cada trienio y cada sexenio tenemos menos gobierno que se transforma en un circulo fashion de la Lumpenburguesía (empresarios, junior’s, intelectualoides y demás especímenes) y si bien va, en lobby del clero católico y de las 33 familias que administran la pobreza de México.
Así que el tener que votar por lo único que ofertan los partidos hoy en día es ser comparsa de esa descomposición del sistema más importante y que garantiza el bien común y bienestar social para todos, el gobierno, claro cuando hay políticos y no vedettes mediáticos o como les diría “Palillo” politiqueros de a peso. Nuestros bolsillos son testigos y victimas de lo que he planteado. Si hay crisis es porque no hay buenos gobernantes ni oposición digna en el poder legislativo, a la altura de las demandas; en poder judicial ni hablar que vergüenza ajena da.
Por tal motivo, y otra vez la ciudadanía tenemos que tomar la iniciativa de empujar y hacer que cambien las cosas en el ámbito electoral, el voto útil cumplió y fue efectivo en su momento, (pues tal parece que la clase política es como la cucaracha de cocina se hacen inmunes al insecticida más fuerte que se les aplica en cada fumigación, crean sus defensas), ahora es necesario ejercer nuestro derecho al voto, votando por ninguno, es decir, el voto nulo, como una manifestación colectiva de descontento e inconformidad de lo anteriormente expuesto, es un recurso que no es nuevo pero que hoy es efectivo en Jalisco el día 5 de julio para expresar de forma cívica y democrática de que reconocemos el método electoral pero rechazamos la opciones por hoy impuestas por cada partido político que solo legitiman el bipartidismo, y a la vez para exigir el derecho a tener opciones diferentes.
Voto nulo no es lo mismo que el abstencionismo y el voto blanco, estos últimos son formas de negación al derecho cívico de votar, además son acciones que permiten hacer cochupos como en el 2006. Si bien los votos nulos no aumentan ni disminuyen los porcentajes de votación de ninguno de los candidatos participantes, si se cuentan de acuerdo a la Ley Electoral de tal manera que sería posible medir el nivel de repudio ciudadano al régimen chambista a través de los resultados finales; el objetivo es tener la opción de decir que no creemos en ninguna de las ofertas, que queremos algo distinto.
Por último, una razón personal como ciudadano de izquierda que me motiva a participar en la promoción del voto nulo es porque siempre he ejercido el voto útil, según el perfil de los candidatos independientemente del partido que representan, sin embargo hoy no hay gallo fino. Conozco y he analizado el perfil de la mayoría de los suspirantes (chapulines y recién estrenados) la verdad ninguno cubre las expectativas de lo que demando de un candidato, mucho menos los del municipio y distrito en el que ejerzo mi derecho y obligación de votar.
Además de que ya me cansé de estar avalando con mi voto a personas que brincan de puesto en puesto y solo se enriquecen y no hacen nada por la ciudadanía; ya me cansé de estar avalando con mi voto candidaturas surgidas de dedazo y nepotismo burdo, ya ni siquiera cuidan las formas; ya no quiero que mi voto lo anule una computadora manipulada para borrar mi elección como sucedió en el 2006, que no se respetó mi voto: es decir ya no quiero seguir siendo parte de las mentiritas del sistema partidista y electoral. Ya me cansé de ver, aquí en Jalisco, a la chiqullada comparsa que se dicen de izquierda y en su vida interna ni ejercen la democracia, ni la equidad de género, son electoreros, no tienen militancia real, solo en nomina para cubrir el requisito de registro, con su asividad dan continuidad a las políticas neoliberales, al manejo discrecional y corrupto de nuestros recursos, a la tergiversación mafiosa de la justicia y una retórica populista y engañosa. Ser representante de un cargo público de elección es más que denunciar en el estrado las ineptitudes y corruptelas del que cobra como gobernante.
Entiendo que es necesario que los partidos del FAP logren el porcentaje mínimo para no perder el registro, pero los dirigentes en el estado ni siquiera los conocemos, ¿tú sabes quienes son, como se eligieron a los candidatos, fue democrático en asamblea? quién sabe, si no ponen de su parte para votar por esa opción, porque tengo que votar por esos candidatos, esto es una autocritica si se le puede llamar así, pues simpatizo con AMLO y lo apoyo, pero así no.
En apariencia, en Jalisco y hoy, es lo mismo anular el voto que votar por los partidos del FAP, de todos modos los del poder ganarán y les importa un bledo si la izquierda ciudadana vota por sus candidatos o no, sin embargo hay diferencias.
En el primero se ejerce ciudadanía y se forma ciudadanía mostrando el repudio y no aceptación del sistema político estatal y nacional incluso, en el segundo se sigue el juego del poder actual, pues seguro es que al ser diputados o regidores seguirán mamando del presupuesto y no actuarán para nada a favor de la ciudadanía.
No estamos obligados a tener que votar por el menos malo, no solo hay las opciones de lo que se ofrece, ¿o sí? .Apoco hay que votar por el candidato gay, por ser gay, creo que esa no es una cualidad y perfil para ejercer un cargo público de lección, el PSD está fallando en la mercadotecnia política, ¿cuál es su antecedente y experiencia del quehacer político? quien sabe, es lo mismo con el resto de los candidatos, claro hay excepciones como el de Gilberto Parra Rodríguez.
Creo, estas posturas son también un sentir de muchos ciudadanos que desde hace tiempo se han abstenido de votar, ni siquiera pierden tiempo en hacer fila el día de, por eso es importante hacer campaña del voto nulo
Voto nulo, Aquí y ahora es el voto de la dignidad, de la recuperación de la esperanza y de la ética política. No solo se trata de votar nulo sino de hacer campaña por el voto nulo. Es comenzar a construir nuestras propias alternativas, este es el primer paso.
José de Jesús Loza Sánchez