sexta parte de la población mundial, mil 100 millones de personas, no tiene acceso al agua potable, y dos quintas partes, dos mil 600 millones, carecen de sistemas de saneamiento, una situación que contribuye a la muerte de 2.2 millones de niños cada año.
Esos datos fueron aportados ayer por Juan Carlos García Cebolla, de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), durante la sesión de apertura del VII Foro Manos Unidas con el lema “Agua, pobreza y desarrollo: potenciar los recursos de los pobres”.
La reunión se celebra en Zaragoza, España, que desde el pasado viernes alberga una Exposición Internacional dedicada al agua y al desarrollo sostenible.
García Cebolla señaló que existe una crisis de agua a nivel global, que afecta especialmente al continente africano, con zonas áridas muy extensas y largas épocas secas, pero también al sureste asiático, por la superpoblación y la falta de saneamiento.
La crisis del agua y saneamiento afecta, sobre todo, a la población pobre, ya que casi dos tercios de la población que carece de acceso a ese recurso sobrevive con menos de dos dólares diarios, y una de cada tres personas lo hace con menos de un dólar al día.
Para afrontar este problema, según el funcionario de la FAO, no hacen falta grandes infraestructuras como los trasvases, sino la puesta en marcha de políticas a corto plazo para las que no hay que esperar 20 años.
Puso como ejemplo un proyecto desarrollado en una zona semiárida de Brasil, mediante el que en cinco años se ha suministrado agua a un millón de personas, sin tuberías, y con algo “tan sencillo” como cisternas, de las que se construyeron 220 mil.
Es necesario enseñar a la población la manera de proteger el agua y de tener hábitos saludables, añadió.
Este ingeniero español, que lleva más de 25 años en la cooperación al desarrollo, lanzó un mensaje a los políticos para que se pongan de acuerdo en la búsqueda de soluciones, aunque tengan que hacer concesiones.
Pidió a la sociedad que piense que la opulencia de alimentos o de agua que ha disfrutado en los últimos 50 años ya no es sostenible.
La Exposición Internacional de Zaragoza homenajeó a Francia, cuyo pabellón, uno de los más grandes de la muestra junto con el de España, quiere mostrar su “compromiso con el agua y el desarrollo sostenible, los temas principales de la Expo 2008.
“El pabellón de Francia, centrado en la relación entre el hombre y el agua, tiene la misión de reflejar nuestro compromiso con el desarrollo sostenible”, afirmó el embajador de Francia en Madrid, Bruno Delaye, durante una conferencia.
Fuente: Excélsior
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