4.3.08

Médicos del hospital no avalan que el niño muriera por una infección.


El expediente médico del niño que cayó al río Santiago resume numerosos síntomas asociados al arsénico
Autopsias de Miguel Ángel se contradicen



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Foto: Público


4-Marzo-08


Alguien miente sobre la muerte de Miguel Ángel López. Su expediente clínico del Hospital General de Occidente (HGO), incluidos síntomas, diagnóstico y pruebas de laboratorio, indica que el niño de ocho años de edad cayó en coma luego de una intoxicación por arsénico —en algunos casos se dice aguda y en otros crónica—, pero una de las dos necropsias que practicó el Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses (IJCF) afirma que el fallecimiento ocurrió por una infección generalizada: no especifica de qué microorganismo.

La versión de la intoxicación por arsénico procede de un estudio dispuesto por la Secretaría de Salud Jalisco (SSJ), que arrojó que la orina del niño presentaba entre cinco y doce veces más arsénico de lo normal. Luego, la SSJ recurriría al dato de la infección, y desestimó su primera versión. Pero el expediente médico de Miguel Ángel, del cual Público tiene una copia, llevan anexadas las pruebas del examen de laboratorio, que dicen: arsénico.

Así, el cambio de versiones es la única constante en el caso del niño que vivía en el fraccionamiento Bonito Jalisco, en el municipio de El Salto, donde supuestamente se sumergió en las aguas contaminadas del río Santiago. Lo único seguro es que Miguel Ángel López murió el 13 de febrero de 2008. ¿De qué? Al parecer, sólo Dios sabe.

En principio de cuentas existen dos autopsias: la 337/08, que firmó Gilberto Hernández Zaragoza el 14 de febrero de 2008 y señala como la principal causa del deceso: “I. Falla orgánica múltiple, secundaria a intoxicación por agente químico a determinar. II. Septicemia”. La segunda autopsia, también 337/2008, pero del 21 de febrero de 2008, concluye: “La muerte se debió a las alteraciones causadas por falla orgánica multifuncional secundaria a proceso infeccioso con septicemia y anemia”. Firman los médicos María del Socorro Rodríguez y Luis Valtierra.

Por cierto, la anemia es una de las consecuencias más comunes en las intoxicaciones por arsénico, según distintos diccionarios y referencias de toxicología consultados.

En la segunda exploración post mortem, la del 21 de febrero, se ignoran síntomas clave que aparecen a lo largo de todo el expediente médico, en el día a día. Por ejemplo, los médicos del HGO notaron que el cuerpo del niño se llenaba de ampollas a lo largo de su convalecencia en coma —otro síntoma típico de intoxicación por arsénico— e incluso le practicaron exámenes para descartar el VIH. Sin embargo, la segunda necropsia, firmada por María del Socorro Rodríguez y Luis Valtierra Estrada, del IJCF, sólo refiere dos excoriaciones. En el mismo documento se menciona que dos reportes de laboratorio habrían dado negativo a la presencia de metales pesados. No se anexan las pruebas ni se especifica si los exámenes fueron de sangre o de algún tejido.

Por lo pronto, la diferencia de apreciaciones ya causó inconformidad entre los médicos que atendieron a Miguel Ángel López Rocha en vida, por la diferencia entre lo que ellos encontraron y lo que hallaron los que examinaron su cadáver por segunda vez, con el pretexto de que habría que confirmar el primer diagnóstico, es decir el de la muerte por arsénico.

El presidente de la Sociedad Médica del Hospital General de Occidente, Antonio Francisco Gallardo Meza, le dijo a la reportera Claudia Trigo, de un periódico local, que existe indignación en ese nosocomio público por los resultados finales del IJCF.

“Estamos convencidos que [según] el cuadro clínico apoyado por el laboratorio, el paciente se intoxicó inicialmente por arsénico, que lo llevó a un coma profundo […] desarrolló una falla orgánica múltiple que finalmente lo condujo a la muerte”, publicó ayer el diario. Añadió: “Es extremadamente raro que un niño sano previamente llegue a coma profundo en unas cuantas horas por una infección, pero sí por una intoxicación”.

Los síntomas que se reportan en el expediente médico y la literatura médica son casi idénticos en el caso de intoxicación por arsénico: “Convulsiones, cambios en el estado mental, y coma, erupción con descamación, mialgias […] vómitos, dolor abdominal y diarrea, con sequedad y ardor en la boca y garganta, taquiarritmias”, señalan todos los manuales de toxicología consultados por Internet, como si hubiesen copiado las anotaciones de los médicos del HGO en los reportes diarios de Miguel Ángel.

El expediente médico del niño indica que, al principio, los pediatras que lo atendían creían que Miguel Ángel estaba intoxicado por consumo de drogas, porque un poco antes de caer en coma, cuando alucinaba, el niño dijo que consumía enervantes, de la misma manera que se sentía el protagonista de un videojuego y balbuceaba otras incoherencias.

También hay pruebas de que, por lo menos en un principio, había una línea de investigación judicial contra la madre del niño, María del Carmen Rocha: “Se reporta el caso por sospechar de maltrato al menor, ya que no existe cuidado e interés por el mismo [… Se sospecha de] probable abuso sexual e intoxicación por metales pesados”, indica la Secretaría de Salud Jalisco, en un documento dirigido al procurador de Justicia, de Jalisco, Tomás Coronado Olmos, el 29 de enero de 2008.

Más tarde, los exámenes de laboratorio y las autopsias descartaron el abuso sexual y el maltrato, y el secretario de Gobierno, Fernando Guzmán Pérez Peláez, negó que se investigara a la madre.


Guadalajara•Vanesa Robles

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