28.2.08

La autopsia de las autoridades estatales descartó la presencia de arsénico

Versión oficial: Miguel Ángel murió por infección

El metal pesado sí había sido hallado en el cuerpo del niño unas semanas antes.
El forense Mario Rivas Souza avaló la autopsia, y dijo no tener dudas de que el niño ingirió el agua del río. Foto: Público


28-Febrero-08


Fueron bacterias, y no metales pesados, la causa de una infección generalizada que llevó a la muerte al niño Miguel Ángel López Rocha, de ocho años de edad, según concluyó el Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses (IJCF), tras el análisis a los órganos del pequeño por parte de expertos en química e histopatología. Bajo tierra también quedó la hipótesis del fallecimiento por maltrato, envenenamiento o consumo de drogas.

El citado instituto encontró arsénico en los órganos de Miguel Ángel, pero en límites “compatibles con la vida”, declaró ayer su titular, Claudio Lemus Fortoul. Una versión que contrasta con un estudio aceptado semanas antes, que encontró altos índices de arsénico en la orina del niño (ver aparte).

El funcionario informó que la dependencia, a solicitud del Ministerio Público, también analizó muestras de agua del río Santiago, tomadas el 14 de febrero en el punto donde Miguel Ángel presuntamente cayó. El resultado: el río sí reportó presencia de metales pesados, pero en concentraciones permisibles dentro de la Norma 001 Semarnat 1996.

Lo anterior no exculpa del todo a la contaminación del afluente por el cuadro de septicemia, anemia, neumonía y estado de coma que padeció el niño. Los mismos análisis al cuerpo de agua reportan coliformes fecales arriba de la norma. Al Santiago se vierten diez mil litros de aguas negras municipales por segundo, que llevan el excremento de toda la zona conurbada.

Los microorganismos que mataron a Miguel Ángel fueron adquiridos vía oral, confirmó el histopatólogo Axel Alejandro Rivera, en la conferencia de prensa en que se daban a conocer los detalles de los estudios complementarios a la autopsia, y que se convirtió en escenario de debate.

El decano del Servicio Médico Forense, Mario Rivas Souza, no dudó que Miguel Ángel cayó al río Santiago y bebió más que un buche: ingirió bacterias que ingresaron directamente a los pulmones y dieron lugar a la infección, que se diseminó a otros órganos.

En cambio, Lemus Fortoul respingó. Dijo que será el Ministerio Público el que determine la fuente de la infección y que el IJCF no puede responsabilizar o exculpar al río. Se pidió a los reporteros concentrarse en la autopsia y no en escenarios hipotéticos, “pues sería especular”.

Previamente, el funcionario leyó el comunicado donde el IJCF concluye: “La muerte del menor de edad se debió a las alteraciones causadas por falla orgánica multifuncional secundaria a proceso infeccioso con septicemia y anemia”. Los pesticidas y venenos resultaron negativos, al igual que drogas de abuso, agregó.

La fuente bacteriana no fue la única interrogante sin respuesta oficial. El IJCF también legó al Ministerio Público determinar si el personal del Hospital General de Occidente de la Secretaría de Salud Jalisco (SSJ) incurrió en una negligencia médica.

El histopatólogo Alejandro Rivera explicó que los quelantes suministrados al niño (medicamentos que atrapan las moléculas de metales pesados en la sangre para luego eliminarlas vía orina) pudieron borrar la evidencia de arsénico en su sangre (de ahí que los análisis resultaran negativos), pero no en los órganos vitales, “donde habrían quedado lesiones visibles hasta 30 días después”.

El IJCF intentó ratificar el resultado a la muestra de orina analizada por el Laboratorio de Microbiología, a cargo de la doctora Luz María Cueto, y que es hasta la fecha la única prueba positiva a arsénico en cantidades muy altas. La médica no la remitió al instituto estatal, presuntamente porque no tuvo el cuidado de resguardarla, según se dijo ayer.

Inquirido sobre la posibilidad de que los resultados ayer expuestos fueran alterados, Rivas Souza aseguró que la autopsia de Miguel Ángel López Rocha se realizó con tal profesionalidad y cuidado que amerita “ser publicada” y no hay lugar a dudas. El director del IJCF añadió que durante el procedimiento estuvo presente personal de la Comisión Estatal de Derechos Humanos, que dio fe de la correcta realización de los estudios.

Nunca hubo un golpe en la cabeza

• La hipótesis de que un golpe en la cabeza tenía relación con la muerte de Miguel Ángel López Rocha, y que habría llevado a una presunta línea de investigación para deslindar la responsabilidad de sus padres, quedó totalmente descartada: lo que funcionarios llamaban traumatismo resultó un edema en el cerebro, por la acumulación de líquido.

El doctor Luis Valtierra Estrada, responsable de practicar la autopsia de ley al pequeño Miguel Ángel, indicó que, mediante los muestreos de la zona cerebral, se determinó que la inflamación detectada se relaciona con situaciones ajenas a un traumatismo.

“El hematoma realmente no existe, lo que sucede es que muchos pacientitos que están ya postrados, y que se les están aplicando soluciones en grandes cantidades para rehidratarlos, es posible que en algunas partes del cuerpo acumulen líquidos”, y lo que se encontró durante la necropsia fue un cúmulo, precisamente, de estos líquidos coagulados. “Era un coágulo blanco y no relacionado con un traumatismo directo”, dijo.

El maestro Mario Rivas Souza, quien defendió la hipótesis de la intoxicación por arsénico, también rectificó. Dijo que “nosotros pensábamos que ese niño había ingerido esa sustancia tóxica, pero laboratorialmente, tanto en los laboratorios del IJCF como de otros lados, llegamos a la conclusión de que era mínima la cantidad del tóxico que se encontraba en los pulmones”.


• Rastreo del químico en los órganos de Miguel

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Arsénico: resultado basado en estudios

• La presencia de arsénico (As) en el organismo de Miguel Ángel López fue la tercera versión oficial ante el caso del niño. La primera, del secretario de Salud, Alfonso Gutiérrez, fue que el niño se golpeó en la cabeza. Falsa. La segunda, del Hospital General de Occidente, decía que el niño podía ser adicto a un opiáceo. Falsa. La tercera, con resultados de laboratorio, tomó la forma de arsénico, un metal común en las aguas del río Santiago.

Los exámenes de orina y la interpretación corrieron a cargo de Luz María Cueto, especialista en medicina del trabajo, control de la contaminación y toxicóloga reconocida por sus pares de América desde hace 20 años. Ella encontró que el niño tenía entre cuatro y diez veces más As de lo normal.

El 11 de febrero, Luz María Cueto dijo que Miguel Ángel padecía “un cuadro de intoxicación sobreaguda por As, por vía gastrointestinal”.

Su laboratorio, uno de los pocos certificados para el tema, recibió una prueba de orina de Miguel Ángel siete días después de que el HGO suministró al niño un tratamiento quelante, que elimina los metales. “El cuadro clínico nos dice que es una intoxicación por arsénico. Además, el niño tuvo una respuesta adecuada al tratamiento quelante”: su riñón e hígado comenzaron a fallar con la medicina, una respuesta normal ante una intoxicación por As que está siendo tratada.

“Tenemos tres elementos [para afirmar que hay una intoxicación por As]: un cuadro clínico compatible, el elemento identificado en la orina, una respuesta correcta a un tratamiento médico”, afirmó la doctora, entonces avalada por la SSJ.


Guadalajara• Maricarmen Rello

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